Un estudio dirigido por investigadores de Baylor College of Medicine genera preocupación sobre el uso de cigarrillos electrónicos. Publicado en el , el estudio muestra que la exposición crónica a vapores de e-cigarrillos altera la función pulmonar en ratones y también reduce la capacidad de células inmunitarias de responder a infecciones virales. Estas alteraciones se observaron con vapores sin nicotina y ameritan investigaciones más profundas sobre los efectos en personas de los solventes en e-cigarrillos que hasta ahora se han considerado seguros.
“Los e-cigarrillos son actualmente los sustitutos de tabaco consumidos más comúnmente por los adolescentes. Más de 3 millones de jóvenes en edad de bachillerato y alrededor de 10 millones de adultos en los Estados Unidos son usuarios activos,” dijo la autora corresponsal del estudio, , neumóloga y profesora de medicina en Baylor College of Medicine.
Algunos estudios sobre e-cigarrillos han reportado efectos negativos en la salud, mientras que otros indican que son seguros cuando los comparan con cigarrillos de tabaco.
“Estos puntos de vista opuestos sobre la seguridad de los e-cigarrillos motivaron a uno de mis estudiantes graduados, Matthew Madison, a investigar los efectos de la exposición crónica a vapores de e-cigarrillos y a humo de tabaco convencional en la función pulmonar en ratones,” dijo Kheradmand, quien también dicta la cátedra Nancy Chang, Ph.D. en el de Baylor.
“También estudiamos los efectos de los vapores o el humo en la función de células inmunitarias llamadas macrófagos residiendo en los pulmones. Estas células representan una primera línea de defensa contra infecciones virales tales como las causadas por el virus de la influenza.”
El diseño experimental consistió en cuarto grupos de ratones. Un grupo fue expuesto a vapores de e-cigarrillos con nicotina y los solventes comunes propilénglicol y glicerina vegetal, en la proporción (60/40) presente en e-cigarrillos. Un segundo grupo recibió vapores con solventes solamente, sin nicotina. Estos grupos se compararon con ratones expuestos a humo de tabaco o a aire limpio.
Los ratones fueron expuestos a humo de tabaco o a los vapores de e-cigarrillos por cuatro meses siguiendo un régimen equivalente al de una persona que empieza a fumar durante su adolescencia hasta su quinta década de vida. Este régimen de fumar aumenta marcadamente el riesgo de que las personas desarrollen enfisema, una condición en la cual los pulmones están dañados y causan falta de aire.
Los investigadores encontraron que, como se esperaba, los ratones que fueron crónicamente expuestos a humo de tabaco tenían los pulmones muy dañados con inflamación excesiva similar a la encontrada en personas fumadoras con enfisema.
Pero Kheradmand, Madison y sus colegas se sorprendieron al descubrir que los vapores de e-cigarrillos conteniendo propilénglicol y glicerina vegetal (sin nicotina), los cuales se consideran actualmente solventes seguros, también dañaron los pulmones. En este caso, los investigadores no observaron inflamación y enfisema, en su lugar encontraron una acumulación anormal de lípidos (grasas) en los pulmones que alteraban su función y estructura.
También encontraron que la grasa acumulada no venía de los solventes sino de un reciclaje anormal del fluido protector en los pulmones. Además, ellos observaron acumulación anormal de lípidos dentro de los macrófagos residiendo en los pulmones. Cuando los ratones fueron expuestos al virus de la influenza, los macrófagos con acumulación anormal de lípidos respondieron pobremente a la infección.
“En resumen, nuestros hallazgos experimentales revelan que, independientemente de la nicotina, la inhalación crónica de vapores de e-cigarrillos altera la función pulmonar en ratones y reduce la capacidad de células inmunitarias residentes de responder a infecciones virales, lo cual aumenta la susceptibilidad a enfermedades como la influenza,” dijo Kheradmand. “Nuestros descubrimientos tienen aspectos comunes con reportes previos describiendo la presencia de macrófagos llenos de lípidos en personas con neumonía asociada con e-cigarrillos. Nuestros resultados sugieren que se hagan más investigaciones sobre los solventes usados en e-cigarrillos.”
Otros contribuyentes a este trabajo incluyen Cameron T. Landers, Bon-Hee Gu, Cheng-Yen Chang, Hui-Ying Tung, Ran You, Monica J. Hong, Nima Baghaei, Li-Zhen Song, Paul Porter, Nagireddy Putluri, Ramiro Salas, Brian E. Gilbert, Ilya Levental, Matthew J. Campen y David B. Corry.
Las fuentes de financiamiento se encuentran en el trabajo publicado.